SALUD EMOCIONAL EN LA FORMACIÓN DE HÁBITOS Y LÍMITES EN LOS NIÑOS DE PREESCOLAR
21/11/2020
Hoy en día la salud emocional, los hábitos y límites de nuestros niños a temprana edad es parte fundamental de su formación, psicosocial – afectiva. Por lo que conocer las dimensiones de la inteligencia emocional e identificar las herramientas es primordial.
Para que un niño se sienta feliz debe estar seguro y protegido. Por ello, necesita límites y reglas. Recalcando que los padres son la base de esta estabilidad emocional como primer factor, quedando en segundo lugar los contextos en donde se desenvuelve el niño.
La inteligencia emocional es la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos o emociones y también, la de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones. Por lo que los niños deben de aprender a identificar la emoción ante situaciones que le ocurren, y a su vez canalizarlas.
La educación emocional es un proceso continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo psicológico, social y cognitivo. Esto fortalece de manera integral a los niños. Para ello se propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones, con el objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se planteen en la vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y social para un mejor aprendizaje.
El niño, al ingresar al preescolar tiene que estimular las tres dimensiones, una es la psicomotricidad, en donde se busca fortalecer la salud mental y personal del niño, a su vez conocer el control y equilibrio en los movimientos de su cuerpo, como la coordinación, ubicación o movimientos más precisos.
La dimensión socio-afectivo corresponde a las normas de convivencia, a la relación, expresión emocional e ideales. Por último, la dimensión cognoscitiva; se enfoca en el lenguaje, la expresión, el pensamiento matemático y la forma en que los pequeños descubren todo su entorno. Desarrollar de la forma adecuada, ayuda a establecer en los hábitos y límites, un orden, una mayor estabilidad y confianza en los niños, para que todo funcione mejor, además de regular en muchos aspectos la vida de los pequeños y así, evitar un sin fin de conflictos, ya sean sociales, emocionales (depresiones) o, afectivos.